MEMORARE (ACUÉRDATE)…

 

Acuérdate, piadosísima Virgen María,

que jamás se ha oído decir

que uno sólo de cuantos han acudido a tu protección

e implorado tu socorro haya sido desamparado.

Yo pecador, animado por tal confianza,

acudo a tí, Madre Virgen de las Vírgenes;

a tí vengo, delante de tí me presento gimiendo.

No quieras, Madre del Verbo,

despreciar mis palabras;

antes bien,

óyelas benignamente y cúmplelas.

Amén.